Lo recuerdo perfectamente, eran la sensación, los coleccionábamos, los jugábamos y hasta se los robábamos a los demás. Seguramente ustedes también recuerdan los famosos tazos de Pokémon (que hoy aún existen). No bueno, yo era un gran fan de Pokémon, no sólo de los tazos sino también de la serie; cuando regresaba de la escuela, rápido encendía la tele para no perderme ni un sólo segundo de la maravillosa serie animada. Era mi perdición, mi más grande obsesión.
Lo disfrutaba tanto, que la media hora que duraba, para mí eran como diez minutos; se iban como agua. Cada capítulo era emocionante, divertido y alucinante, y en ocasiones hasta emotivo. En cada episodio siempre ocurría algo diferente, "a ver qué nuevo personaje aparece hoy", decía.
Y siempre me quedaba picado por saber qué ocurriría en el siguiente capítulo, y es que muchas veces un capítulo era de dos partes; y siempre al final te dejaban en suspenso. Las peleas eran lo mejor, cuando Ash enfrentaba a un rival era de lo más loco y fantástico, cuando le salía Charizard era divertido, (hoy eso me parece una tontería, hasta me da pena), éste personaje nunca le hacía caso, quien sabe por qué. O cuando peleaban contra El equipo Rocket, los malos, formado por un cuate bobo (James) y una chica sexy, ésta última era la inteligente, y un gato que era único, pues tenía la capacidad de hablar , y que siempre salían perdiendo, y además, cuando eran derrotados, salían volando por los aires y a lo lejos gritaban "El equipo Rocket ha sido vencido otra
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